El arte de injuriar: Borges-Perón; Perón-Borges
Perón era una persona abominable y la tiranía que ejerció fue realmente monstruosa.
J. L. Borges
El actor emblemático de esta contienda será Jorge Luis Borges, quien durante toda su vida mantuvo una relación antagonista con el peronismo. El primer golpe conocido fue dado por Perón, quien, a poco de asumir, asciende a Borges al puesto de "inspector de aves y conejos en los mercados públicos"; un movimiento que utiliza la degradación irónica y parece sacado de "El arte de injuriar", ensayo publicado por Borges en su libro Historia de la Eternidad (1936) y que en uno de sus párrafos habla de la inversión incondicional de los términos como medio de ofender; es decir acusar al médico de matar, al sastre de nudismo... u obligar a un amante de la pulcritud y los libros a examinar mercados públicos...
Borges contaba lo extraño de su situación: "me presenté en la municipalidad a fin de averiguar qué había ocurrido. Vea usted -dije- resulta más bien extraño que entre tantos empleados como hay en la biblioteca haya sido justamente yo el elegido para ese puesto. Bien, -respondió el empleado-, usted estaba de parte de los Aliados, ¿qué esperaba? Su argumento era concluyente y no admitía réplica alguna, al día siguiente presenté la renuncia."
Durante esos años no sólo Borges fue víctima de ataques por parte del gobierno: su hermana Norah y su madre fueron encarceladas por cantar el himno en la calle Florida sin solicitar permiso policial; y su amiga Victoria Ocampo fue detenida en Mar del Plata. En una carta al escritor mexicano Alfonso Reyes contará los pormenores de su historia.
No cuesta mucho imaginarse en ese clima a Borges leyendo El matadero de Echeverría y pensando en los destinos circulares que lo acosaban y que plasmara en buena parte de su obra de esos años, llena de laberintos, monstruos, espejos y círculos.
Pero Borges no se llamará a silencio: perseguido y casi ciego construyó en su obra ataques velados a Perón, aunque ahora, cincuenta años después, el sentido político se haya diluído en la literatura.
Así aparecerá "La espera", cuento incluído en El aleph (1949) que narra la angustiosa espera que un hombre hace de sus asesinos; a los que, a último momento, prefiere dar la espalda. La situación delinea un Borges que imagina su fin; como confiesa en las líneas finales del cuento: "¿es menos duro sobrellevar un acontecimiento espantoso que imaginarlo sin fin?"
Años después escribirá el "Poema Conjetural" incluído en El otro, el mismo (1964) donde parece levantar la antorcha de Sarmiento y su lema civilización versus barbarie, actualizado a los tiempos que corrían. En el poema Borges reconstruye los últimos pensamientos del doctor Francisco Laprida, asesinado por los montoneros de Aldao, trazando una clara metáfora sobre las masas que habían llegado al poder junto a Perón y que atemorizaban a buena parte de la clase media y alta de esos años que veían en ellos a un residuo del pasado: "La victoria es de los otros/Vencen los bárbaros, los gauchos vencen". Para colocar una frase antológica: "Al fin me encuentro con mi destino sudamericano".
Borges volverá sobre el tema, esta vez en compañía de Adolfo Bioy Casares, a través de un cuento breve que muestra toda la paranoia y la parodia que este movimiento había generado en gran parte de la Argentina. Publicado en Crónicas de Bustos Domecq (1967), "La fiesta del monstruo", es considerado tanto una visión crítica del peronismo como un poco feliz ataque al pueblo; la interpretación más completa integrando ambas visiones la dió Ricardo Piglia: Yo no diría que es una parodia de El matadero.., sino más bien una especie de traducción, de reescritura. Borges y Bioy escriben una nueva versión del relato de Echeverría adaptado al Peronismo. [...] La fiesta atroz de la barbarie popular contada por los bárbaros. [...] "La fiesta del monstruo" combina la paranoia con la parodia. La paranoia frente a la presencia amenazante del otro que viene a destruir el orden. Y la parodia de la diferencia, la torpeza lingüística del tipo que no maneja los códigos. [...] es un relato totalmente persecutorio sobre el aluvión zoológico y el avance de los grasas que al final matan a un intelectual judío.
Finalmente en uno de los versos del poema "Buenos Aires", incluido en Elogio de la sombra (1969), Borges habla del conflicto de Perón con la Iglesia: "Es la cara de Cristo que ví en el polvo, deshecha a martillazos, en una de las naves de La Piedad. Como le confesaráa a Antonio Carrizo en su programa "La vida y el canto": Eso fue cuando Perón ordenó el incendio de las iglesias, y destruyeron también una biblioteca para ciegos que había. Y luego estaba la cara de Cristo en el suelo, que la habían, sí, deshecho a martillazos. En la iglesia de La Piedad, en la calle Bartolomé Mitre".
Perón y los otros: Cortázar y Bioy
Te quiero, país, pañuelo sucio, con tus calles cubiertas de carteles peronistas, te quiero, sin esperanza y sin perdón, sin vuelta y sin derecho, nada más que de lejos y amargado y de noche.
Julio Cortázar. (Razones de la cólera)
Buenos Aires - 1950 y 1951 y París 1956
Si bien Borges puede considerarse la cabeza de lanza contra el peronismo no fue el único que escribió sobre el tema, su amigo Bioy Casares reflexiona sobre el mismo en "Homenaje a Francisco Almeyra", cuento publicado en Historia Prodigiosa (1956), que narra la vuelta al país de un poeta desterrado para luchar contra Rosas; en el texto se plantea una discusión entre el poeta y sus amigos que intentan disuadirlo de sus ideas diciéndole que la literatura es lo más importante y es lo único que va a sobrevivir, más allá de las banderas políticas.
Entrevistado Bioy diría: -Periodista: Pareciera que a través de ese cuento se plantea una contradicción que usted mismo tenía...
-Bioy: No, veía los dos lados. Entendía que las dos posiciones planteadas en ese cuento podían defenderse con buenos argumentos.
-P: Al hablar de unitarios y federales, ¿estaba hablando del Peronismo?
-B: Y, seguro.
Julio Cortázar poco antes de partir a Francia autoexiliado, publica su primer y ya famoso libro de cuentos, Bestiario (1951), que recoge muchas de las manías persecutorias que habían despertado en la clase media argentina la aparición de esas grandes masas populares que llenaban plazas y se lavaban los pies en fuentes. Dos de los mejores cuentos del volumen, "Omnibus" y "Casa Tomada", hablan elípticamente del tema. No es casualidad entonces que "Casa Tomada" haya aparecido primero en una pequeña revista literaria dirigida por Borges. Hacia 1947 yo era secretario de redacción de una revista casi secreta que dirigía la señora Sarah de Ortiz Basualdo. Una tarde nos visitó un muchacho muy alto con un previsible manuscrito. [...] Me dijo que traía un cuento fantástico y solicito mi opinión. Le pedí que volviera a los diez días. Antes del plazo señalado, volvió. Le dije que tenía dos noticias. Una, que el manuscrito estaba en imprenta. Dos, que lo ilustraría mi hermana Norah, a quien le había gustado mucho. El cuento, ahora justamente famoso, era el que se titula Casa Tomada".
en http://www.henciclopedia.org.uy/autores/Delatorre/Peronismo.htm
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